
¿Cuántos vacilantes pasos en su vida
serán retenidos entre triste olvido?.
Esa fea mueca, muestra lo perdido,
rictus enquistado herida tan sufrida...
Va voluntariosa, nunca más se olvida,
cuando por error amó lo prohibido.
Genio sin deseos, vil el engreído,
verbo, buena labia, letra tan torcida...
Ella en sus caídas gime con tristeza,
rotas ilusiones truncan la tibieza.
Sede la balanza, luces que fenecen...
¿Dónde se perdió mí niña tu nobleza?.
Tus curtidas manos, frías, palidecen
todo lo tocado, nunca mas florecen...
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María de la cruz Díaz
Lima, 09 de Noviembre 2007
PERU</center>