en esa época en que el sol,
extenuado, corta las agujas de los abetos
para hecerse un blando lecho
y acostarse más temprano.
Todo se debió a la sensualidad
De los cilantros y cebollinos,
A la firmeza de tus senos
Paraditos como jazmines de mi jardín
En sus redondeces estructuradas por besos
En sus latidos por las caricias prohibidas
De las que los hacia objeto.
Entre mas pasaban esos momentos de éxtasis
Mas tus senos enardecían
Gritabas de dolor a cada lamer de mis labios
A cada acariciar de mis manos
Escuchaban tus gemidos los cielos,
Posados, sentidos, amados en esos senos,
Tan pronunciados gemirás escuche
Que tus ay... parecerían declamar,
Las odas de Arturo rey.
Alexan
