Mensaje
por Am@nd@ » 27 Jun 2003, 22:30
el Lobo Estepario de Herman Hesse
Fragmento pag. 160/161
- Voy a decirte hoy una cosa, algo que sé hace ya tiempo, y tú también lo sabes ya, pero quizás no te los has dicho a ti mismo todavía. Ahora te digo lo que sé acerca de ti y de mí y de nuestra suerte. Tú, Harry, has sido un artista y un pensador, un hombre lleno de alegría y fe, siempre satisfecho con lo bonito y minúsculo.
Pero cuanto más te ha despertado la vida y te ha conducido hacia ti mismo, más ha ido aumentando tu miseria y tanto más hondamente te has sumido hasta el cuello en pesares, temor y desesperanza, y todo lo que tú en otro tiempo has conocido, amado y venerado como hermoso y santo, toda tu antigua fe en los hombres y en nuestro alto destino, ha hecho añicos. Tu fe ya no tiene aire para respirar. Y la asfixia es una muerte muy dura. ¿Es exacto, Harry? ¿Es ésta tu suerte?
Yo asentía y asentía.
...En mí era la miseria quizás más material y moral; en tì, más espiritual; la senda era la misma. ¿Crees que nos soy capaz de comprender tu terror ante el fox-trot, tu repugnancia hacia los bares y los locales de baile, tu resistencia contra la música de jazz y todas esas cosas? Demasiado bien lo comprendo, y lo mismo tu aversión a la política, tu tristeza por la palabrería y el irresponsable hacer que hacemos de los partidos y de la prensa, tu desesperación por la guerra, por la pasada y la venidera, por la manera cómo hoy se piensa, se lee, se construye, se hace música, se celebran fiestas, se promueve la cultura.
Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no has de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchìn exija música, en lugar de placer, alegría; en lugar de dinero, alma; en vez de loca actividad, verdadero trabajo; en vez de jugueteo, pura pasión; para ese no es hogar este bonito mundo que padecemos...
la noche que yo amo no amanece jamás...