<TABLE BORDER="0" BACKGROUND="http://216.40.241.209/textures/marb/marb053.gif" WIDTH="100%"><TD>
<FONT SIZE="3" COLOR="green"><CENTER>

[deslizador=up][align=center]
Cuando te oigo hablar
Oyéndote hablar, voy recuperando
los pedazos de razón que había perdido,
voy llenando mi cabeza y mi corazón
de cierto sosiego y aceptando lo inevitable.
Voy sintiéndome apaciguada como el mar
cuando por fin acaban de atormentarlo los ciclones.
No salves a nadie que no se lo merezca, me dijiste,
y creo que tienes razón.
Estoy recordándote una sola vez al día,
los demás momentos, espanto de mí tus palabras,
y aún cuando refugio mi boca
tras tu oído para que me escuches
porque mi hablar es quedito,
te vas metiendo dentro de mi alma
como no queriendo y al mismo tiempo sí.
Dices que los desconsuelos no los cura nadie,
pero sí se apacienta la esperanza
hasta convertirla en nada.
Voy hipnotizándome con tu voz
cual si fuera una droga,
como un último aroma al que no puedo resistirme.
Me llevas por caminos donde la paz se haya escondida,
con esa parsimonia tuya que empieza a gustarme...
no hay prisa, las ideas no se acaban.
Y tomo tu mano como moribunda
sintiendo el calor perfecto,
con la dosis necesaria para seguir viviendo.
Por hoy es suficiente,
me escabullo sin hacer ruido
sabiendo que mañana...te encontraré de nuevo.
Avellaneda/Mayo/2003
</CENTER></FONT></TABLE>[/deslizador][/align]