
<b>estrujante soledad que me acompaña;
esas voces susurrantes... ¿las escuchan?
silenciosas, se deslizan en mi mente...
¡No respondo!
Mi espacio... este espacio cruel
que me encierra y me aprisiona.
Rejas sin candados, sin cerrojos.
Muralla imaginaria...
Puedo salir... si, ¡a la hora que yo quiera!
salir corriendo y evadirme
de fantasmas obstinados.
Pensamiento destructivo...
Es de madrugada... sin luz de luna
Y escucho al viento que se arrastra
entre miles de hojarascas otoñales.
Naturaleza muerta...
¡No quiero...! ¡me resisto!
¡Me niego a formar parte de esa muerte
emigrando hacia la nada!
Huir... es morir en vida...
Además... ¿acaso huir, alguna vez
ha resuelto o concluído alguna historia?
¿Derribaría con la ausencia las murallas
construidas con miedos y fracasos?
¡Si todo está en mi mente!
¡No! me niego... ¡gritaré con fuerza!
¡que se cimbren las ventanas!
¡que se rompan los temores!
¡que escapen los secretos hospedados en mi cuerpo!
¿Aun hay tiempo?
Tiempo cruel, intolerante y caprichoso...
que vas en pos de mi destino con premura
Asesino implacable de rutinas
y receta mortal para el ausente.
¡Cómplice y verdugo!
Si acaso eres mi cómplice responde:
¿si eres sendero hacia el olvido,
y mitigas las penas con tu paso...
podrías ir más lento en este viaje?
Autora: Blanca Amelia Santos
09 de Enero de 2004
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