[align=center]

[align=center]
De noche,
cuando pongo mis pies sobre el tablado
quedo exhausta de tanto pensar.
De puntillas me trabo
en la interminable danza del dudar.
Y me vuelvo tan dura... tan fría,
que albergo en mi boca
un aliento gélido
por donde resbalan las locuras de amar.
La confianza se ha vuelto extraña,
completamente transformada
mi tierra al pisar,
pero aún persisten tus ojos en mi andar.
Y golpe tras golpe
en tu pecho me descargo
sin que tu te des cuenta
que lloro sobre tu prado.
Poema tras poema me mato
gritando las dudas que me ahogan,
gravitando en azules inviernos
locuras tan tristes
que atrapan mi interno.
Celos...¡que nombre tan propio!
que injusticia tan mala,
que balbuceo de letras,
penuria que se disfraza.
Celos...encerrados,
solitarios,
apagados,
como esferas de misterio
entre las fronteras del morir.
Celos...palpitantes,
cegadores,
obcecados
incorpóreos
página negra
de mi existir.
Avellaneda/Enero/2004[/align]
</CENTER></FONT></TABLE>
<bgsound src="http://www.beto.net/6togobeyond.mid" loop="-1">