Algunas veces en las horas muertas del día, me pongo a pensar ¿quién será esa persona que está al otro lado de la pantalla cuando hablo con el? Esa persona que sin conocerme en persona sabe poner una sonrisa en mi boca, me da ánimos y fuerzas para seguir siempre yendo adelante y me despierta toda la curiosidad de conocer más de el.
Indagando entre los distintos rincones de mi curiosidad, en cada uno de ellos encuentro una pregunta distinta: ¿Será esa persona tal y como a mi me lo parece? ¿Congeniaremos en personal también como lo hacemos desde la red? ¿Qué pensará el de mí?
El tiempo y las circunstancias serán las que contesten las preguntas. Es posible que pueda darse que nunca encontraré respuesta a muchas de esas preguntas o quizás a ninguna.
La ilusión por conocerlo y resolver mis dudas crece en mí, como un pequeño tallo que cada vez se va haciendo más grande, hasta que espero que termine en una floreciente planta, que de vida y color, a la oscura intriga que tengo.
Una esperanza, una intriga, una curiosidad, es lo que eres para mí.





BRISITA 