Vivo de encanto en un país de fantasía,
cuando mis notas se tiñen en amor,
y puedo hallar todo el color de la poesía,
entre las luces que enciende el exterior.
Sueño en mis horas con esas gotas que caían,
en una dulce mañana de emoción,
en que mis versos sencillos yo escribía,
y mi guitarra pulsaba de emoción.
Y en las doradas miradas de los ojos,
soy como suave fragancia y sensación,
que es esa hermosa ocasión de un nuevo día,
lleno de temple de risa y percepción.






