intercepta el paso a la doncella prófuga,
perseguida por un enjambre de insectos alados,
huye de las sombras de un pasado misterioso,
del recuerdo de noches en brazos de su amado
Como lanzas aguijan sus dones,
Adormecidos laxos anillos
Del cabalgar a su hombre
Tras las liadas halla un reducido
Resquicio de aguas cristalinas
Ha sido el refugio de los sexos
A la hora de amor intenso.
Madreselvas campanillas de colores
De plata bruñida sus senos enaltecidos
Narcisos de la vegetación aromada
Por nostálgicos sabores apetecidos,
Por mi lengua saboreando sus manjares
Badajos de oro flautines y cornetas
Rosales sin espinas cuajados de botones
De fuego en medio de sus piernas
Por encima del marco de sus caderas
He doblado la cabeza en señal de sumisión
Sobre la mesa adornada de flores bellas.
Frente a las palmeras de mi mar
Coloque tu cuerpo enamorado
Cual si fuese narcisos de la vegetación
Encantado de contemplar tu belleza,
Con tan hechicero cuadro
Jesús Moreno Gómez
