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Bienvenida
Sin duda soy una privilegiada.
cuando menos lo esperaba...llegaste,
así, tan de sorpresa, tan silenciosa
y casi sin darme cuenta,
un día tocaste a mi puerta y
mi búsqueda cesó.
Fueron muchos años de malogrados intentos,
de penas y desasosiegos, de fatales tropiezos
que me costaron lágrimas y encierros.
Y esa violencia tan grande y desenfrenada
que me tenía algo más que asustada.
Un poco más en tu tardanza
y no estaría aquí para contarla.
Pero basta ya de reflexiones pasadas,
que de nada valen los hubiera, los tal vez
los quizá ...de nada sirven para reacomodar mi morada.
Aquí estas ya, tan bella, tan diáfana,
tan dispuesta, diciéndome que estuviste siempre
tocando a mi puerta y ¡yo sin abrir! ¡que ciega fuí!
Por eso, te doy la bienvenida con bombos y platillos,
todo es fiesta y alegría
porque tengo la seguridad de que no te irás,
que siempre, pase lo que pase, me acompañarás
por el resto de mis días...y un poco más allá.
Yo solo te prometo, poner todo de mi parte,
esmerarme lo más que puedo,
y obviamente, dar testimonio de tu grandioso poder
que todo el mundo se de cuenta de mi renacer.
¡Pasa, estás en tu casa! ¡Toma posesión!
¡Bienvenida...mi paz interior!
Avellaneda/Mayo/2003
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Clareth y Jorge 
