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Hiedra venenosa que atrapas y matas,
con tu voz melosa y caricias falsas,
blasfemas el don que te han entregado,
el de hacer feliz, el de amar en calma.
Haz roto en tu palma la sed de mi anhelo,
haz dado en el blanco con fina hermosura,
tu estrada es que lleva directo a la fosa,
pasajes oscuros que no ofrecen nada.
Estoica es tu risa, te burlas del viento,
haz dicho a tu imagen que no tienes culpa,
extraña es tu forma de ver lo que haces,
te piensas dichosa, no pierdes el tiempo.
Palabra certera de amor haz buscado,
no sientes el rostro que a ti te ha mirado,
pretendes y sacas tus armas de antaño,
detrás de tu velo se encuentra el engaño.
¿Qué imaginabas mujer sin verdad?
¿Acaso me ves perdido en tu antojo?
Pusiste la red, caíste en tu trampa,
tu alma la ves, se encuentra desierta.
Te hablaba y buscaba mi verso mejor,
trate de mostrarte un bello futuro,
nada te sirve, tu ego es más fuerte,
cambiaste el amor por anclas de muerte.
Hiedra venenosa que atrapa y hiere,
con tu voz melosa calabas tan dentro,
creí que eras tú mi dueña, mi aliento,
hoy vuelas fugaz, sin un sentimiento.
No naciste Hiedra, naciste Rosa,
tú eres mujer, mira más adentro,
si cambias tu andar, sí, si perdura,
entonces tendrás el amor que nace.
Pedro Eugenio Ferrer
©Todos los derechos reservados

"Solo el amor nos muestra que la eternidad existe"
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