En un rincón olvidado
han quedado los recuerdos
de aquellos besos ardientes…
!!Que de dolor, mis labios muerdo!
Los días se tornan fríos
aunque sea verano
aun suspiro…por la playa
donde caminamos de la mano
La tarde se recoge turbada
esperando el alba sombría
tu mirada, me suplica que olvide
¡que tu piel fue mía!
¡Ho Dios, que suerte la mía
cómo la noche me mintió!
su boca jamás fue mía
ni las caricias, que me bordó
Es cruel la despedida
de un amor que surgió
de unos versos amorosos
que mi ternura te inspiró.
Querías, compartir tu humedad
con rosas de otro jardín
escribiéndoles versos y prosas
sin saber que llegaría tu fin.
Un grito callado irrumpe
trastornando el remolino del eco
percibiendo que el manantial del deseo
ha quedado totalmente seco.
Lentamente toco tu rostro…
y vuelvo sobre mis pasos
Ahogando un sollozo mortal
mi corazón está moribundo
la esperanza quedó en el olvido
navegando sutil, por el mundo
Seguiré escribiendo versos de amor
de besos y sublimes caricias
suspiros y gemidos en el lecho
que causaron una delicia.
Autora: Cristina Bonilla
