Labios que me invitan a besar
esa linda y roja boca. Boca
por la cual moriría sin remedio,
porque me lleva hasta lo más
profundo de lo que se llama amor.
Que cada vez que no los toco
se desborona una parte de mi
corazón; corazón que solamente
a vos pertenece, que la única
dueña de el eres tú.
Mis oidos gritan a los 4 vientos
que necesitan oir tu voz de ángel.
Mis tristes ojos desean leer cada
una de tus sabias y hermosas
palabras con la que me transmites
tu amor.
Los días en los que no tengo noticias
de ti, se me hacen muy tristes. Tú
has hecho que los días de este loco
de palabras se conviertan en sueños.
Sueños de los cuales no deseo despertar,
sueños que anhelo tener a cada instante
de mi temprana vida. Sueños que alimentan
mi alma, mi corazón y mi espirítu.
Si supiera lo grande que es el universo no
te diría te quiero como su grandeza. Así que
te lo digo. Las estrellas que nos vigilan a
cada noche, son testigas de mi gran amor que
por ti siento, si ellas hablarán te dirían cuanto
tiempo me la paso pensando en ti en las noches.
Todas las noches estaré en mi habitación viendo
por la ventana el hermoso firmamento y creandote
estos escritos con todo mi amor.


10 de octubre del 2003