
Déjame amarte, con mi secreta y muda pasión,
Permíteme soñar, con tus besos ajenos y dulces,
Concédeme, por fugaces instantes, una señal de tu amor,
Para que mi apesadumbrado corazón, pueda vivir un día más.
Dámele consuelo a este pobre espíritu mío,
Que de tanto amarte ya en paz no vive,
Apaga en mí esta sed por besarte con locura,
Y así convertir esta pasión, en maravillosa ternura.
Intento comprender este extraño, pero mágico amor,
Que unas veces lacera mortalmente mi alma,
Y otras, expande mi espíritu hasta abarcar el infinito,
Vacilo en mí afán, y tomando conciencia de este amor,
Termino amándote más.
Explicarte quisiera el significado que le has dado a mi vida,
Ahora que mis años se apoderan vilmente de mi cuerpo;
Y solo queda en mí, un aquilatado corazón enamorado,
Y mi alma impregnada de tu esencia con la mía.
Cómo hacerle saber a mi desbordada pasión,
Que tu amor es como el viento, está y no se ve;
Que en tu presencia, mi cuerpo se enciende con sutiles empeños,
Y en mi ausencia, es mi recuerdo quien enciende tu deseo.
Diana
2001