De sol y luz, de identidad entretenida,
puedo encontrar mi primavera en el amor,
y darle al tiempo todo el color que ahora me pida,
cuando mi fuego se enciende en leños de fulgor.
De aquellas horas que fui sembrando en la armonía,
de algunos dulces que una mañana descubrí,
tengo el sabor que se deleita en la poesía,
y aquellos tonos de cultivante frenesí.
Y en la medida que busco nuevos horizontes,
mi corazón vuelve a la esencia del querer,
y un sentiniento vuelve a nacer sencillamente,
se abre en un nuevo y cautivante florecer.




