
No supiste comprender
lo que la pluma plasmó
en un pétalo de azahar
que se creyó papel.
¡Nunca llegaron
a tu egoísta corazón
los sentimientos
que mi alma
como un pañuelo sacudió,
para dejar caer
¡Tantas palabras de amor!
transformadas en versos...
Nada te importó
que tristeza esta...
la que siento por ti hoy
Mí vida fue un sueño,
delirio de amar,
gozo de creer en tu amor.
Y a pesar que todo vive,
mi tiempo y espacio
se reducen ahora
a la transfiguración
de aquellas fotos,
de esos retratos
que aún guardo.
Hundo mi dolor
en un cuento de amor
que tiene un final triste
y una gran moraleja...
¡Nunca creas de quien te dice
a cada instante te quiero!
¿Y sabes por qué?
porque se hace siempre
en la lengua alarde
de lo que un alma adolece.
Se reducen mi espacio y tiempo
al andar de un reloj
con paso firme
sobre rutas torturadas.
Unas palabras de amor,
cual retoños
que siendo brotes frescos,
se tornan mustios en el campo
gimiendo su dolor
al viento que pasa.
Y mi corazón que estaba callado
rompe su acompasado latir
para desahogar y contar
estrellas precipitadas,
mientras lentas bajan
de mis ojos inadvertidas
dos amargas lágrimas.
Se redujo mi espacio
en tu espacio,
y se secaron en mis labios
las caudalosas fuentes
de tantos besos anhelados,
mientras presa en mi boca
es la risa.
En mis ojos la luz
es ahora un espejo
iluminándose de gracia arisca.
Impregnada en mi piel
al reducirse de mi vivir
el implacable tiempo,
está la luz crepuscular del miedo.
Aquí muere en este verso
una ilusionada flor...
Aquí tu desamor
volvió ceniza del oro su brillo.
Se redujo a un punto apagado
lo que fue para ofrendarte
mi iluminado espacio
hoy...un lucero agónico y desmayado.
Y pensar que ahora muero
como lo hacen las estrellas
en las noches de tormenta
en el cielo ébano...
Todo por razón de tu mentira,
y en el holocausto de mi espejismo
soy ensangrentado ocaso,
en el momento de decirte adiós
en el tiempo y espacio crucial de mi partida.
Tan solo te digo
que soplará Dios
tu rostro asesino
mientras mi llanto convierto en humor,
y mi alegría transformo
en una risa hecha de tu escoria,
que se devolverá a ti
amor mentiroso
transformado en vino.
Esta pasión,
este amor por ti desmedido
es una cruz acuesta
amarga y sensitiva,
cuyo peso en mi alma
ignora de piedades
mientras cruje de miedo
mi corazón herido.
Se reduce en tu vida
el que fue mi acogedor espacio,
y se extingue la luz de mi tiempo.
Es la muerte...
cerrando el hosco ruedo
al derramar por ti
el llanto final,
pronunciando mis labios
tu nombre en esta tarde
cuando lentamente
sin deseos ya de vivir
dormida me quedo.
Artemisa904
<bgsound src="http://www.las-hadas.com/mapa1/mapa1-feelings.mid">