
Dicen los beatos
que el Carnaval
es un festín pagano.
Cuentan que ese día,
el averno abre sus puertas
liberando todos los demonios,
porque el guardián
Can Cervero se escapa
con el Dios Momo de fiesta.
Da rienda suelta el humano
a todas sus bajezas
y hacen mitosis los pecados.
Rueda a cántaros el licor,
arden de deseo las pieles
a merced de Eros y Baco.
Cada quien se disfraza
de lo que realmente es
rompiendo el yugo de los dogmas.
Se adueña del mundo
la Diosa Hécate
soberana de lo subterráneo
allí donde reinan las sombras,
para concederle a los mortales
sus más secretos deseos.
Pero lo que muchos no saben,
es que en estos festines
hombres y mujeres por iguales
develan lo que realmente son.
Porque las caretas,
con sus danzas y ademanes
están siempre a flor de piel
el resto del año.
Se disfraza de rico
quien realmente es pobre,
la espina usa un antifaz
para que la crean rosa,
simula ser leal el traidor
y de Cid Campeador el cobarde.
El proxeneta y la meretriz
escenifican sus obras teatrales,
donde dicen ser morales,
porque el Dios Hermes
no descansa para protegerles,
y hasta es buen alcahuete
de su vivir bajo el efecto
de la droga del engaño.
El hombre es esclavo
de sus temores y debilidades,
y solo son verdaderamente reales
en los famosos carnavales,
cuando dejan en sus casas
antes de salir a la calle
sus múltiples disfraces.
No todo lo que brilla es oro,
y tampoco es oro aquello
que como él brilla,
porque vicios privados
son pública virtud,
y a los que se la dan
de ser muy morales
en verdad les digo:
No hay nada más real
que la decencia del sapo,
porque anda por el mundo
con el cuero al aire,
y a pesar de estar desnudo,
no se le ven las… Gónadas.
Artemisa904<bgsound src="http://www.las-hadas.com/hadas-22/hadas22-gitana.mid">