se desviste el alma desnudando el cuerpo...
Y son lágrimas que brotan arañando la ausencia,
trozos de las huellas que nunca encontré
Es el camino eterno por donde te fuiste,
peregrinando el tiempo y tantos sueños destruidos,
es la noche vacía, es no tener tus ojos
Ternura imborrable de mis soledades

Flores que bañan un lugar inmóvil,
se deshoja en pétalos
Diez años de mi vida.
Lastima calladamente el no poder tocarte,
el no sentir tus pasos tan cerca de los míos
Y no acudir a la cita
Que aún está inconclusa.
Allí, donde se despoja el alma del cuerpo
En el instante eterno de nuestra despedida...
¡No esperaste amor mío a mis labios palpitando!
Estremecidos de besos...
Besos que murieron
En el camino a los tuyos.

Hoy regreso a buscarte,
en donde un día triste deposité mis versos,
el cielo es más inmenso...
La tarde se despide...
Y tú...
Tú aún duermes el sueño más eterno
Donde mi voz jamás pudo despertarte,
en donde mis manos ya no tocan a las tuyas,
en donde algún día las huellas suspendidas,
habrán de plasmarse en la arena de tu cielo...
Y esa paz que hoy te está cobijando
Será también el manto
Donde enredaré mis lágrimas,
en donde jamás...
Jamás nadie dañará la puerta,
ésa que se abrirá al reencontrarnos
Y en donde no existirán
Más despedidas, ni silencio...
Ni un sepulcro de amor.
