Razón...

Eras mi razón para venir,
pero también eras mi razón para no hacerlo.
Quería verte,
tocarte,
platicar contigo,
escuchar tu voz,
sentirte cerca.
Te vi, pero tu no me viste.
Te toqué, pero tu no me tocaste.
Platiqué contigo, tu no me escuchaste.
Mis ansias quedaron ahí, suspendidas
en las sombras...
Desde donde te observé.
Donde tu esencia impregnó
a la mía.
¿Que mi alma se está enamorando?
¿Qué eso jamás será correspondido?
¿Qué el sentirte cerca nuevamente será
un deseo que no se cumplirá?
Sí
Esa es la respuesta a todas las preguntas.
Pero no puedo evitarlo, eso es algo que
no controlo pues surgió desde lo
más profundo de mi alma,
surgió desde el más escondido
de mis sentidos.
¿Cómo surgió?
Paso a paso,
hora a hora,
minuto a minuto.
Fue lenta e inexorablemente.
Cada vez que te veía,
que platicaba contigo,
que estábamos juntos.
En esos momentos mi alma poco a
poco fue renaciendo,
fue creciendo.
Se fue entregando a un sentimiento
que pensé, quizás estúpidamente, que era
correspondido
Un sentimiento que no sirve si al menos una parte de
tu alma no es mía
Desearía que al menos me quisieras
tan solo un poco de lo que
yo te estoy queriendo.
Desearía ser la razón de tu existir...
Ángel.
