
TÚ ERES . . .
TÚ ERES, el dolor de mi corazón, la total desilusión, la esperanza perdida de amor.
TÚ ERES, el eterno minuto de espera, la gran herida del silencio, la nostalgia olvidada en el recuerdo.
TÚ ERES, la carencia de vida en mis ojos, el reproche de olvidar los antojos, el minuto extraviado en pudor.
TÚ ERES, el amargo sabor de alegría, el final del ocaso en fantasía, el cataclismo del alma en agonía.
TÚ ERES, el mal que a mis labios cautivó, el maremoto que mis lágrimas llevó, Apocalipsis que el amor arrebató.
TÚ ERES, la deidad del pánico exquisito, el poema perdido de lo escrito, la carencia del amor en el hechizo.
TÚ ERES, principio, fin y despedida, cadalso eterno de mi vida, el trueque mortal, solo de ida.
TÚ ERES, el pagano pensamiento oportuno, la infamia de la alegría en infortunio, el arsénico dulce de mis venas.
TÚ ERES, por siempre el recuerdo aletargado, la melodía que siempre he cantado, lo mejor que en la vida me ha pasado.